¡Jó qué fiestas!
Pues sí: ¡qué fiestas aquellas de nuestra adolescencia! La bodeguita de casa para nosotros, toda la pandilla y algunos invitados, unos padres que nos dejaban disfrutarlas sin inmiscuirse (los míos; es que éramos buenos chicos), merienda, música, decoración con serpentinas (aún están en el techo las marcas de las chinchetas), baile, baile y más baile... Y la anécdota del Help, mi amiga que se cae de culo por intentar imitar uno de mis movimientos coreográficos, las risas (la suya la primera) Buenos, buenísimos recuerdos que se reavivan con esta canción.
2 comentarios
Raquel -
Tú lo presenciaste, ¡cómo nos reímos! ¿eh?
milindris -
¡Cómo olvidarlas!
Las canciones y las fiestas.