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MIMISMIDAD

Melancolía

Melancolía

Acecha, espera al sábado y ataca. No debería cogerme por sorpresa. Pero lo consigue, un sábado tras otro creo que voy a poder eludirla, que voy a burlarla y sábado tras sábado soy yo la burlada, la melancólica. Quizá llegue a descubrir alguna vez la absurda razón por la que me invade sábado tras sábado la melancolía. O no.

Hoy, además, tristeza. Algún día tendré que aprender a no implicarme, a mantenerme al margen de tantas cosas.

4 comentarios

Raquel -

Sí, hace uno muchos planes, se propone hacer muchas cosas o sacar adelante las pendientes, y al final siempre nos falta tiempo.
Gracias por esos ánimos.

liliana -

Para mí los domingos por la tarde se vuelven tediosos, aburridos, melancólicos. Los sábados no me da tiempo de hacer todo lo que me propuse de lunes a viernes.
Mañana es lunes... ánimo.

Raquel -

Oye, Pcb, lo del bocata de foigras y el ordenador es tan patético como terminar a las cuatro de la mañana viendo vídeos de Carlos Mata y comiendo pimientos fritos, pero ¿es tan divertido como esto? El día 1, ahhhh bendita normalidad....

pcbcarp -

Yo he aprendido a irme pronto a casa un sábado. Y, ¿de qué me ha servido? Pues pa enchufarme a internés mientras me comía un bocata de fuagrás y, aquí sigo, oiga. Se acostumbra uno a no madrugar y no tener horarios y luego vendrá el día 1, la normalidad y el llanto y rechinar de dientes.